Pero el sentido final de la obra no es estético ni poético, sino ecológico: la diversidad de formas de vida de la naturaleza está y debe estar siempre muy por encima del dominio homogeneizador de las devastadoras tecnologías humanas
Esta migración en el tiempo y en el espacio parece querer seguir el vuelo estacional de las aves, y verlo todo desde esa perspectiva itinerante; en ella no hay nostalgia del pasado, ni fervor profético: se aferra al ahora como una garra a su presa, un ahora que, como siempre, es nunca y siempre.
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